LAS JOYAS   I
 ÁMBAR.

Durante siglos, las joyas y adornos personales han fascinado a la humanidad, tanto a los hombres como las mujeres. Desde las creaciones tribales a los sofisticados productos actuales de prestigiosas firmas en Nueva York, París, Londres, y Roma, el mundo de las joyas siempre ha sido utilizado como una demostración pública de riqueza y cultura, así como también de manera más íntima, no deja de ser una manifestación del yo y del gusto personal.

A continuación os iré  exponiendo a través de varios capítulos  las características principales de las joyas y las formas más adecuadas para su mantenimiento y limpieza, para que siempre las tengas a punto.

EL ÁMBAR

El ámbar natural  es una resina fosilizada hace millones de años. Etimológicamente proviene del árabe que significa "lo que flota en el mar", ya que éste flota sobre el agua del mar, aunque originalmente se refería al ámbar gris 

Los colores del ámbar son muy variados: amarillo (el más común), naranja (coñac), rojo (cherry), blanco, verde azulado...

¿Tienes alguna joya realizada en ÁMBAR?

En la actualidad existen en el mercado piezas que imitan el ámbar. Para diferenciar éste del auténtico, debes frotarlo con energía; el verdadero desprenderá un olor parecido a la resina de pino.
Coge un algodón impregnado con aceite de oliva para su limpieza habitual.
Para obtener más brillo, ya que el ámbar tiene tendencia a ajarse, aplícale aceite de oliva. Luego coge un papel absorbente y pásalo para eliminar los restos del líquido. Frótalo con una gamuza  para sacarle brillo. El aceite le hará conservarse mejor.

Si tu joya de ámbar está muy sucia, sumérgela en un recipiente con alcohol de quemar y déjala un buen rato. Lo secas y le das brillo con una gamuza igual que antes.

¡¡Y a lucir tu joya!!